Clem Snide + Will Johnson

Uno de los más prestigiosos críticos musicales de las últimas décadas, Robet Christgau, considera a Clem Snide un gran ejemplo de estadounidense impasible. Un grupo que sabe poner cara de póquer. Christgau se rindió pronto a su talento, pues ya en 1998 recomendaba su disco de debut, “You Were A Diamond”; él, como tantos otros colegas, sucumbió al humor ingenioso y la dulce melancolía de las canciones de Eef Barzelay y compañía. La banda, fundada en 1990, recolectó durante el primer lustro de este siglo aplausos generalizados de crítica y públicos.

En 2006 saltaron las alarmas: su continuidad pendía de un hilo. Ocurrió al empezar a grabar en Nashville su sexto disco, este “Hungry Bird” que ahora, por fin, ve la luz, cuando problemas personales y económicos fulminaron la formación. Barzelay, necesitado de volar en solitario, abandonó aquel proyecto para publicar dos álbumes con su nombre. Pero contradiciendo a “El gran Gatsby”, en cuyas páginas Francis Scott Fitzgerald escribió que “no hay segundas partes en las vidas estadounidenses”, Eef se replanteó su decisión y decidió acabar el disco con la ayuda de sus nuevos músicos.

“Hungry Bird” suena con esa ambivalencia, marca de la casa, que permite a su música oscilar de lo iluso a lo apocalíptico.

Pop de anteayer, jazz de medianoche, country de madrugada y folk de media tarde: todo, para gente de hoy.

Will Johnson

Will Johnson aterriza en Mallorca en solitario, sin el apoyo de ningún componente las dos formaciones que comanda (Centro-matic y South San Gabriel). Diga usted “Will Johnson Solo Show” o diga usted… Emoción sin aditivos, crudeza con ternura, sentimiento sin sentimentalismo, cicatrices con dignidad.

Este texano convierte cada actuación en una especie de ritual religioso al servicio de un folk-rock desnudo, sutilmente poético y elusivo, y puntualmente desgarrado.